🌊 La gestión de proyectos sociales: el iceberg del trabajo en vulnerabilidad 🧊

Soluciones para un mayor Impacto Social

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Cuando gestionamos proyectos de desarrollo o de acción social, me gusta comparar su desarrollo con un iceberg, teoría que acuñamos hace ya muchos años mi compañera Ruth Isabel Parra Atiencia y yo tras el cierre del primer proyecto en el que trabajamos juntos, en #Guatemala.

Según esta teoría, lo que vemos de un proyecto a nivel de difusión y comunicación, no es más que una fracción de lo que realmente existe. Lo mismo que ocurre en el caso de un iceberg.

Siguiendo con esta comparación, en el desarrollo de un proyecto, tendríamos dos partes claramente diferenciadas:

🔹 La punta del iceberg, donde están los resultados visibles:

-Los eventos, actividades y recursos desplegados.

-Los beneficiarios y usuarios atendidos.

-Las entregas de activos resultantes del proyecto….En definitiva la ejecución del mismo.

Son los logros que comunicamos y mostramos a través de los distintos medios de difusión, pero que representan solo una parte del esfuerzo real.

🔹 Bajo la superficie está lo que muchas veces no se ve, pero es lo que hace viable esa parte visible y sobre todo la realización de un proyecto con un #ImpactoSocial:

-Las realidades complejas de las personas en situación de vulnerabilidad: sus historias, necesidades y desafíos.

-La planificación estratégica, que incluye ajustes constantes para responder a cambios inesperados. Fundamental y para mi la fase más crítica, la identificación del proyecto.

-El esfuerzo del equipo: las horas invertidas, la creatividad, y la capacidad para superar barreras buscando las mejores opciones para llevar el proyecto a cabo.

-La búsqueda de recursos y alianzas, siempre marcada por la incertidumbre. Por muy bueno que sea un proyecto, si no hay fondos, no habrá nada que hacer.

-La justificación y evaluación final, ante los financiadores, usuarios y la sociedad.

🛠️ Gestionar proyectos sociales es enfrentarse a la incertidumbre: entender que el verdadero impacto no siempre es inmediato ni tangible. Es confiar en que cada acción contribuye a llevar a cabo nuestra misión, aunque sus resultados tarden en visibilizarse.

Por eso, liderar en este ámbito implica una mezcla de visión estratégica, empatía y persistencia. Saber que, para mover el iceberg, debemos trabajar desde las profundidades: en el diseño, en la acción colectiva y en el compromiso con las personas usuarias y beneficiarias de nuestra actividad.

Esto es aplicable al cualquier proyecto por pequeño que sea, y a la propia entidad. Sacar a flote una organización social, requiere de mucho trabajo «invisible» hasta que comienzas a realizar acciones que puedes visibilizar, mostrar a tu base social y a la sociedad. y esto a veces, tarda. Y no olvidemos que organizaciones del #TercerSector, trabajamos en un ámbito que lo que puede mostrar como el producto de tanto esfuerzo, pero sobre todo el impacto de nuestro trabajo es precisamente esa punta del iceberg.

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